Bandelier: Arqueologia de los Pueblos Ancestrales de Nuevo Mexico

A poco más de una hora de Santa Fe se encuentra el monumento histórico de Bandelier. 

Por la carretera que lleva al laboratorio nacional de Los Álamos se pasa por un corredor junto a San Ildefonso Pueblo, otra población histórica perteneciente a una reserva indígena, que igualmente está cerrada por el COVID. Esa bonita zona de formaciones rocosas erosionadas me llamó la atención y paré cerca de una mesa para fotografiarla cuando descubrí que había un sendero y que era una sección separada del monumento nacional de Bandelier, aunque se encuentra a unos 10 km del asentamiento principal.  Es el TSANKAWI HISTORICAL SITE.

Un bonito sendero y unas escaleras de madera siguen por una roca de arenisca blanca.

En algunos tramos erosionada por el paso de los distintos pobladores hasta lo alto de la mesa desde donde se divisa todos los valles de alrededor.

En las paredes de los acantilados se puede acceder aun a algunas cuevas, restos de las viviendas de los pueblos indígenas.

Algunas rocas se habían desprendido de las paredes por lo que no se si era muy seguro vivir sobre esos acantilados en el siglo XV cuando habitaban estos pueblos ancestrales.  Luego me informaron que había petroglifos en estas paredes, pero la verdad es que esta zona esta sin paneles informativos, ni personal, ni nada, una pena. Pero el recorrido de unas 2 millas, merece la pena.

Tras las curvas de la carretera de montaña se llega al centro de visitantes de BANDELIER NATIONAL MONUMENT. El nombre del parque viene por el antropólogo Adolph Bandelier que estudio estas civilizaciones desde México a Arizona en 1880. Después siguió sus estudios en Perú y Bolivia y termino en Sevilla donde murió en 1914

A los Pueblos ancestrales del suroeste de EEUU antiguamente se les designó con el termino Navajo Anasazi. Empezaron a formar grandes grupos alrededor del año 1200 cuando las ciudades incluían hasta 40 habitaciones, 250 años después el número de habitaciones ya superaba las 600. Alrededor de 1500 abandonaron los acantilados y se fueron a vivir a pueblos a lo largo del Rio Grande.

Tras el centro de visitantes el primer monumento que nos encontramos es una Kiva, estructura circular que forma una cámara para reuniones de ceremonias religiosas, enseñar a los niños, contar cuentos o tejer.

Después se pasa por las ruinas de lo que fue el pueblo de Tyuonyi. Tras unas escaleras se accede a las casas en los acantilados

A continuacion a la casa grande como se denominan las viviendas en la pared mas larga.

Cruzándose el arroyo del cañón Frijoles el paseo se convierte en un agradable bosque donde incluso hay ciervos que conduce hacia la casa de la alcoba. Esta gran cueva se encuentra a 140 pies de altura y hay que subir 4 tramos de vertiginosas escaleras para llegar a ella. Las vistas desde arriba lo merecen. Pero me pregunto si hace 600 años también prepararon tramos de escalera de ese porte para acceder a una vivienda tan complicada.

Hay más rutas por la parte alta del cañón hacia otras mesas. Se calculan al menos 3000 sitios la mayoría aun sin excavar.

Para entender de donde vienen estas formaciones rocosas, hay que acercarse hasta la caldera del volcán que en su día explosionó y genero la ceniza que forma estos escarpados acantilados una vez erosionados por el viento y el agua millones de años después. Las cenizas llegaron hasta Wyoming  A una hora aproximadamente se encuentra VALLES CALDERA, la reserva nacional más reciente del servicio de parques nacionales. Creada en el año 2000.

La cámara colapso tras las erupciones y quedo esta caldera que tiene restos de habitantes desde épocas paleolíticas.

Cierran a las 5 de la tarde, por lo que ya no dejan acceder en coche una hora antes hasta el distrito histórico de las cabañas donde vivían los granjeros. Pero pude caminar por los senderos haciendo fotos desde la distancia y lo mejor del corto recorrido fue ver por sus praderas un coyote.

También hay uapitis por la zona. De bajada los paisajes por las montañas de Jemez y su sitio histórico son muy interesantes con los colores del atardecer.